Antoine de Saint-Exupéry


Antoine de Sainr-Exupéry vino al mundo el 29 de junio de 1900 en Lyon, siendo sus padres el conde Jean de Saint-Exupéry y su esposa Marie de Fonscolombe. La familia consta de cinco hijos, tres niñas y dos varones, cuando el padre fallece en 1904, lo que motiva un cambio de domicilia y la viuda, con los niños, divide su residencia entre el castillo de Saint-Maurice de Remens de una tía, y el de La Möle, éste de su madre.

Ya entonces, a la temprana edad de seis años, Antoine comienza a escribir versos que luego recita a sus familiares, pero al mismo tiempo se siente fascinado por el cielo en lo que éste significa para los vuelos, sueña algún día con poder hacerlo, y llega a inventar, antes de cumplir los nueve años, un avión-bicicleta.

En 1909, la familia fija su residencia en Le Mans y Antoine entra en el colegio de Notre-Dame de Sainte-Croix, iniciando así una vida estudiantil en la que destaca por su inquieta inteligencia pero no por su disciplina y obediencia.

Con motivo de la Gran Guerra, su madre colabora como enfermera en un hospital, y los hijos varones son internados en un colegio suizo. Tres años más tarde, vuelven a la patria, por enfermedad cardíaca de su hermano François, falleciendo éste poco después.

A los diecinueve años hace unos exámenes desastrosos y se matricula en Bellas Artes, para estudiar arquitectura, pero tampoco le va demasiado y acaba haciendo de comparsa en el Châtelet.

A los 21 años empieza el servicio militar en Estrasburgo, obteniendo, más tarde, el título de piloto civil. Un año después obtiene el de alférez en reserva.

Hasta 1926 no comienza a trabajar, en la aviación como piloto civil, también en este mismo año publica, en una revista, su primera novela El aviador de la que luego saldrá Correo del Sur.

A partir de entonces, su vida se reparte entre la aviación y la literatura, sus dos grandes amores.

Primero, ya lo hemos dicho, como piloto civil y después, entrando al servicio del ejército. A lo largo de su vida de aviador, sufrió varios y graves, accidentes, estando expuesto a la muerte en más de una ocasión, por ejemplo, en febrero de 1938 en Guatemala, donde resulto con una conmoción cerebral y cráneo y algunos miembros, rotos.

Entre misiones aéreas no deja de escribir y así van surgiendo títulos como Correo del Sur, Vuelo nocturno, Tierra de Hombres, Piloto de Guerra, etc., y su inmortal obra El Principito, cuya idea argumental comienza a gestarse en el invierno de 1939, siendo publicada el 16 de mayo de 1943.

Su obra póstuma, e inacabada, fue Ciudadela, que, en opinión de Saint-Exupéry, era la mejor de todas.

En este autor, hay algo que nos sorprende muchísimo, ¿cómo siendo él un hombre de acción, un aventurero nato, puede llegar a ser al mismo tiempo un poeta de tan gran sensibilidad?, según se pone de manifiesto, no sólo en El Principito, sino en cualquiera de sus libros. 

Antoine de Saint Exupéry también fue dibujante y no sólo de El Principito, acostumbraba hacerlo a menudo en sus textos.

Contrajo matrimonio en el mes de abril de 1931 con la viuda del periodista Gómez Carrillo, Consuelo.

Al final de su existencia, ya le había sido impuesta La Legión de Honor, y ostentaba el grado de comandante.

El 31 de julio de 1944, desaparece sobre el mar en la que iba a ser su última misión militar, y sólo a los cien años de su nacimiento, parece ser que se encontraron restos del aparato que tripulaba, de todas formas, el enigma de su desaparición nunca dejará de hacer correr la tinta ya que en el se encierran muchas incógnitas: ¿fue abatido por el enemigo, se le acabó el combustible antes de lo previsto, tal vez un impensado fallo técnico?

Sea lo que fuere han transcurrido ya muchos años y lo más seguro es que Saint Exupéry se halle contemplándonos ahora, desde un planeta chiquitín, en compañía de su pequeño príncipe.

   

© 2003 Estrella Cardona Gamio

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